La pobre manecilla bajo la manga

Me miré, como muchas veces lo hago (cada uno con su ego, grade o pequeño) y me di cuenta que soy un reloj, pero tengo fallas, las peores que puede tener un reloj: solo indico los segundos, me faltan manecillas. Lo pensé y creo que será porque yo en cada cuarta parte, mitad de un segundo, puedo resultar herida, muy fácil, demasiado fácil, como cuando rompes una flor y piensas que no le harás daño, pero antes de levantarlo y ponerla en tus manos, ya los pétalos se cayeron al suelo. Continua leyendo La pobre manecilla bajo la manga